Metáfora reptiliana


La lagartija no podía conformarse con el calor del balasto, no, el reptil ambicionaba más.
Por eso buscó el calor del metal del raíl. Despreció el riesgo pues podía más la ambición. Tenía calor pero quería más, su deseo era más fuerte que el riesgo y creía que si le pillaba la cola, le crecería otra.
Solo que el riesgo existe... y a veces te pasa por encima.
Reptiles como este abusan del riesgo, y su ambición no causa la perdida de una pequeña parte, sino que causan enormes daños y sufrimiento; hasta tiene una palabra para ello: la crisis.
Las palabras tienen masa y peso, como la palabra reptíl.

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